Nunca es tarde para aprender ni para tener una vivencia de sensibilización y acercamiento a la Discapacidad.
A lo largo de nuestro día, experimentamos situaciones en las cuales una persona que cuenta con otras características físicas y sensoriales las viviría de una manera completamente distinta.
Un pequeño ejemplo: Taparse los ojos al cruzar una calle nos puede dar una idea de la dificultad e incertidumbre por nuestra seguridad. Así, esta pequeña experiencia, nos llevará a la comprensión ante la diversidad funcional de las personas, la cual podemos llegar a tener todos en algún momento dado (muletas, operación vista…) y de la necesidad de brindar a estar personas nuestro apoyo y ayuda que requieran.
Trabajando desde la base del esfuerzo, para todos y cada uno de los participantes y las personas que luchan contra las manillas de reloj en un reto constante de superación.